La NASA dio a conocer un nuevo sistema planetario con siete exoplanetas rocosos del tamaño de la Tierra; al respecto, investigadoras del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM mencionaron que, aunque el hallazgo es muy importante, aún se necesitarán estudios profundos para saber si puede albergar vida como la conocemos.
Afirmaron que el sistema orbita alrededor de la estrella Trappist-1, una “enana roja” del tamaño de Júpiter, ubicada en la constelación de Acuario. Es muy pequeña, tiene sólo ocho por ciento la masa del Sol y es mucho más común en el Cosmos que astros como nuestra estrella brillante.

Este descubrimiento es relevante porque, por primera vez, se conoce un sistema planetario con sus características, a diferencia de otros exoplanetas que en su mayoría son gigantes gaseoso. Además, el sistema tiene a estos cuerpos muy cerca unos de otros; se puede determinar que son rocosos; se cree que se formaron lejos de su estrella y constituyeron un disco de gas y polvo para después acercarse. Se piensa también que podrían tener agua.
“Trappist-1 se encuentra a 39 años luz del Sol, muy cerca en términos astronómicos, pero para llegar tardaríamos 10 millones de años si viajáramos a la máxima velocidad que alcanzamos en este momento, que es de tres mil 500 kilómetros por hora: la de un avión supersónico”, acotó Leticia Carigi, una de las investigadoras del IA.
Las especilistas indican que, debido a las características de Trappist-1, podrá ser estudiado con mayor detalle en el futuro gracias a nueva instrumentación; por ejemplo, el satélite James Webb Space Telescope (JWST), de la NASA, que se planea lanzar en 2018, o desde un telescopio de 30 metros que será construido en Chile por el Observatorio Europeo Austral (ESO).
“Aquí en México estamos desarrollando un proyecto de un telescopio de un metro para rastrear justamente este tipo de sistemas que están alrededor de las estrellas más frías, como Trappist-1, para buscar planetas rocosos”, resaltó Yilén Gómez Maqueo.
Se tiene planeado que sea construido este año en el Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, en Baja California. Estará a cargo del Instituto de Astronomía, se hará en colaboración con científicos de las universidades de Berna y de Ginebra, en Suiza, y la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.