Dicen los niños son como esponjas; que aprenden de todo lo que ven y de todo lo que escuchan. Por eso, la UNICEF recomienda que a través del deporte y el juego se ayude a los niños a alcanzar beneficios no sólo físicos, sino también emocionales en el entorno en el cual se desarrollen.
Con una práctica habitual de ejercicio, se mantienen en buen estado a el corazón, el sistema respiratorio, el óseo y sanguíneo. Ayuda a prevenir el sobrepeso y favorece a la relajación debido a la liberación de tensión. Cuando el cuerpo está activo, libera endorfinas, las hormonas encargadas de la sensación de bienestar.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños y adolescentes, de entre 5 y 17 años, inviertan una hora al día en actividades físicas moderadas a vigorosas. La actividad diaria debe ser en su mayor parte aeróbica, con al menos tres veces a la semana de ejercicios que refuercen músculos y huesos.
El deporte como aprendizaje para la vida
A través del deporte, se optimizan las funciones cerebrales; mejora el autoestima; se forma un sentido de pertenencia, empatía, y hay aprendizaje a largo plazo. Además, se logran transmitir valores benéficos que niños y adolescentes podrán ocupar en distintas situaciones de su vida.
En México, el Programa Escuela Activa tiene como finalidad apoyar el desarrollo social, físico y cognitivo de las y los niños, así como de los adolescentes. Con esta iniciativa se atienden los requerimientos educativos; se cuenta así con un programa detallado de enseñanza y práctica de la educación física y el deporte.
Por último, cabe mencionar que existen estudios que avalan los beneficios del deporte, no sólo para mantener un equilibrio cardiovascular y emocional, sino para hacer frente a enfermedades como el cáncer o la epilepsia.