Ayer miércoles, uno de los temas que acaparó la atención en Twitter y Facebook; así como en los medios nacionales e internacionales, fue el video de un incedio de gran magnitud que sucedía en California, Estados Unidos. Se observaban las grandes llamaradas, desde una carretera, como si fuera una escena de un videojuego o una historia sobre el fin del mundo.
Ese video era sólo una gran muestra de estos eventos forestales que California ha vivido durante los últimos días. Algunos dicen que van más de 60 hectáreas quemadas; otros, que son 200 hectáreas. Algunas de las lujosas casas del barrio de Bel Air ya han sido afectadas.
Los intentos de más de cuatro mil bomberos han sido en vano. Los condados de Ventura y Los Ángeles han tenido que ser evacuados. Por supuesto, las clases se suspendieron y el lugar está en estado de alerta.
Hagamos un recuento
El lunes 4 de diciembre, se originó un incendio en Santa Paula. En poco tiempo llegó a Ventura; desde donde se extendió por la autopista 101 hasta llegar al Pacífico. Más de 15 mil personas fueron evacuadas y el condado se quedó sin electricidad; 150 estructuras fueron destruidas.
El día martes, el incendio llamado Creek comenzó a arder en Sylmar, una localidad cercana a Los Ángeles; Santa Clarita también se vio afectada por el fuego. El miércoles, se desencadenó el incendió Skirball —así lo bautizaron—, que obligó a la evacuación de los habitantes de Bel Air.

¿Por qué el fuego se expandió tan rápido y resulta incontrolable?
La respuesta: Santa Anas, un viento seco.
El aire de esta región corre a unos 161 km/h. De acuerdo con Daniel Berlant, asistente del Departamento de protección forestal ante incendios, la velocidad del viento hace casi imposible controlar el fuego antes de que llegue a otras zonas; sería como tratar de detener un tren de carga. Además, las ráfagas son tan violentas que hacen imposible el trabajo desde el aire; el agua y tierra que los helicópteros pudieran arrojar, no sería suficiente y perdería toda su fuerza debido al viento.
Sí, el cambio climático también es un factor
El clima como lo conocemos se produce por la interacción entre las propiedades físicas de los lugares, la presión del aire, la temperatura y la humedad. Todas esas características varían durante el día y la noche; en las estaciones; por la latitud o el tipo de superficie en algún lugar.
En el caso de los vientos, éstos se producen cuando hay presión del aire en distintas direcciones. Usualmente el aire más frío desciende (presión alta), mientras que el caliente sube (presión baja). Si estas dos zonas de presión se encuentran muy cerca, entonces el aire circula de manera constante y puede producir vientos muy fuertes. Para equilibrarse y variar, depende de elementos como la humedad y la altitud.
Este año, la lluvia no apareció en California del Sur; por esta razón, la vegetación se secó durante el verano. Las temperaturas de las útimas dos semanas en Los Ángeles han alcanzado los 35° C. Esto significa, para científicos de la Univesidad de California, un estado vulnerable para todo el estado.
El fenómeno Santa Anas comenzó cuando el aire se comprimió por una gran presión sobre el Great Basin, una franja que pasa por Nevada, Utah y California; fue como si lo cocinara. Ese nuevo aire caliente encontró camino hacia el sur.
Daniel Swain, investigador del clima en UCLA, dijo a la revista Science que Santa Anas también fue resultado de su choque con el frío y el aire denso en la región cercana a Joshua Tree: Santa Anas comenzó a variar de altura hasta que se aceleró.
Para los investigadores, este fenómenos es sólo una pequeña muestra de lo que podría suceder si el clima cambiara radicalmente. Científicos del Instituto sobre el Ambiente y la Sostenibilidad de la UCLA, estiman que, de no tomarse las medidas adecuadas, para el 2050, el 77 % de la zona del condado de Santa Ana estará destruida.