El biogás es un combstible generado a partir de medios naturales; es decir, a través de reacciones de degradación de la materia orgánica con la acción de microorganismos. De acuerdo a la Red Mexicana de Bioenergía, este gas es una mezcla de dióxido de carbono con metano principalmente; pero también incluye hidrógeno, nitrógeno, oxígeno y sulfuro de hidrógeno. Se produce cuando los microorganismos provocan calor para mantener su temperatura ideal.
El proceso de degradación, además de gas, también funciona para crear líquidos y sólidos que pueden ser usados como fertilizantes. Este tipo de combustibles surgen como respuesta alas altas cantidades de dióxido de carbono en la atmósfera y de la cantidad de desechos.
Para producir biogás, es necesario contar con biodigestores; o sea, sistemas o depósitos naturales capaces de aprovechar la digestión anaerobia de las bacterias. En ellos se colocan excrementos de cerdos y reses, residuos de cosechas, lodos de depuradoras de agua, entre otros. El tamaño de un biodigestor varía según el lugar donde sea instalado; pueden ir de 1 a 10 metros cúbicos.
Existen también los biodigestores lagunares, los cuales se ubican en granajas; llegan a producir de 200 a 400 metros cúbicos de biogás por tonelada de materia fresca.
Biotecnología ambiental en el sector energético
Los ingenieros ambientales y biotecnólogos trabajan para encontrar formas de reducir el impacto de los gases y residuos contaminante en el mundo. Por medio del aprovechamiento de los desechos, la producción de energía puede ser más sustentable, económica y social.
Los retos al respecto son muchos, pues implican también una visión multidisciplinaria que ayude a encontrar mejores tecnologías en los diferentes campos energéticos y, al mismo tiempo, se desarrollen métodos de remediación de suelos y acuíferos. El objetivo es crear energía, pero de una manera máas amigable con el medio ambiente.
México es un país muy rico en biodiversidad y tiene las condiciones para producir biocombustibles; sin embargo, el trabajo para identificar las zonas con un alto potencial para desarrollar productos como el biogás aún es arduo.
Tras observar esa situación, dos estudiantes de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), se dieron a la tarea de crear una página web y una aplicación móvil que evalúa los estados y municipios del país con alto potencial de producción y aprovechamiento de biogás.
BIOmap, el GPS del biogás
Cinthia Yazmín Ambriz Girón y Narvik Sánchez Sánchez, las desarrolladoras de este proyecto, informaron que en México no hay herramientas tecnológicas que apoyen a los ingenieros ambientales para determinar dónde es viable contruir rellenos sanitarios. Por este motivo, desarrollaron BIOmap, un sistema capaz de visualizar si las áreas geográficas cumplen con la Norma Oficial Mexicana NOM-083-SEMARNAT-2003.
El objetivo de BIOmap es ser una herramienta práctica y fácil de utilizar para cualquier persona. Al trabajar en él, consideraron datos como el porcentaje de recolección, la generación per cápita de residuos por habitante, y la proyección de población.
El sistema web maneja dos búsquedas, una por estado y otra por municipio. Asimismo implementa, por medio de la inteligencia artificial, una ontología que representa conocimiento para solucionar problemas a través de estrategias; además de basarse en el significado de términos y relaciones entre entidades.
Este producto también calcula la producción potencial de biogás hasta el año 2030 con el método de George Tchobanoglous, Hilary Theisen y Samuel Vigil. Los resultados son por día y año, en toneladas y metros cúbicos, y aparecen en una tabla en formato PDF.
Por su lado, la aplicación, que funciona con el sistema Android, tiene la ventaja de realizar búsquedas con o sin internet. Tanto en la app como en el portal, se utilizan datos de proyección de la población basados en las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO); el Consejo Nacional de Población (Conapo), y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
BIOmap nació en el laboratorio de Cómputo móvil de la UPIITA; en el participaron los académicos Miguel Félix Mata Rivera, Miguel Jesús Torres Ruíz y la asesoría ambiental de Diana Gabriela Castro Frontana de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB).