Un 8 de enero de 1942, la familia Hwaking recibía a un nuevo integrante. Isobel y Frank Hawaking decidieron mudarse a Oxford para asegurar una gestación segura de su primer hijo. Stephen, sería su nombre y, una vez nacido, volvieron a Londres.
El padre de Stephen era biólogo; pertenecía a la división de parasitología del National Institute for Medical Research. Se dice que Stephen no parecía ser un estudiante muy brillante en la educación básica, pero faltaría poco para que esas ideas cambiaran. Su dinámica familiar por supuesto influyó en su formación.
Stephen quería ser matemático. Su padre quería que estudiara en el University College, en Oxford. En esa universidad no había profesor de matemáticas; pero Stephen decidió ingresar a ciencias naturales donde se especializó en física.
En su paso por la universidad bastaba mirarlo para darse cuenta de que su mente era completamente diferente a los otros. Su tutor, Robert Berman, aseguraba que Stephen sólo necesitaba saber que había algo que se podía hacer y era capaz de hacerlo sin mirar a otros.
Se graduó con honores. Tras recibir su título de grado, realizó sus estudios de posgrado en el Trinity Hall de Cambridge, donde realizó una investigación doctoral sobre cosmología.
A los 22 años le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica. Los médicos le dijeron que no viviría más de dos años; sin embargo, Stephen Hawking vivió 54 años con la enfermedad, y nunca le fue un impedimento para seguir con sus investigaciones y ser uno de los científicos más reconocidos.
Un icono de la ciencia contemporánea
La muerte de Stephen Hawking coincide con el día y mes del nacimiento de Einstein y con el Día de Pi. Estas coincidencias traspasan fronteras, al igual que su trabajo, gracias al cual se le celebra como el físico con mayor influencia del siglo XX.
A finales de la década de los 60, junto a Roger Penrose, aplicó un modelo matemático creado a partir de la teoría de la relatividad general. El objetivo era probar que existen condiciones suficientes para la existencia de un espacio donde no se definan magnitudes físicas relacionadas con campos gravitarorios —en términos físicos, una singularidad— en el espacio-tiempo. Es decir, el tiempo tiene un principio en el big bang y un final dentro de los agujeros negros.
Más tarde, se erigiría como uno de los miembros más jóvenes de la Royal Society. En 1975, trabajó con John Archibald Wheeler en su teorema de no pelo: todo agujero negro se describe con sus propiedades de masas, momento angular y carga eléctrica. A partir de este trabajo, Hawking sugirió que, después del big bang, se formaron agujeros negros diminutos y primitivos. Así, propuso cuatro leyes de la termodinámica de los agujeros negros; calculó que estas regiones del espacio crean y emiten partículas subatómicas.
En la década de los 90, habló sobre la existencia de un universo primitivo donde está la respuesta del origen de la vida. En el nuevo milenio, logró nuevas teorías acerca de agujeros negros, en las que sugiere la formación de estos espacios se dio con material original del universo. Pero su trabajo más importante fue el haber trabajado con teorías cuánticas y la teoría de la relatividad.
El trabajo de Stephen con agujeros negros, de acuerdo con la University of Cambridge, abrió nuevos campos para la investigación y nuevos espacios para su comprobación. La gravedad cuántica, los efectos de la mecánica cuántica y la manera en la que la creación del universo tiene relación con las leyes de la física, son temas que poco a poco, y gracias a Hawking, han logrado contar con evidencia experimental; así como convertirse en área de interés científico en la cual hay mucho que descubrir y entender.
El legado de Hawking
Stephen fue galardonado con diferentes premios, medallas y reconocimientos. Se convirtió en profesor de Cambridge en 1962, con la posición de Lucasian professor de matemáticas, una posición que alguna vez ocupó Isaac Newton. En 2007, fundó en Centre for Theoretical Cosmology en la Universidad de Cambridge. En 2009, tomó el puesto de Director de investigación en el Department of Applied Mathematics and Theretical Physics de la misma universidad.
Durante su estancia como profesor publicó múltiples investigaciones; además escribió libros de gran influencia como: The large scale structure of spacetime; General relativity: an Einstein centenary survey; Superspace and supergravity; The very early universe; 300 years of gravitation; y el más popular A brief history of time.
Su trabajo ha llegado no sólo a los grandes científicos, sino también a los aficionados de la ciencia y público en general; tanto así que sus libros de divulgación se han convertido en bestsellers, e incluso trabajó de la mano de Lucy, su hija, para crear publicaciones infantiles sobre el espacio.
Stephen Hawking fue una mente brillante con el objetivo de transmitir su gran pasión por entender las leyes del universo a otros:
«So remember to look up at the stars and not down at your feet. Try to make sense of what you see and wonder about what makes the universe exist. Be curious, and however difficult life may seem, there is always something you can do, and secceed at. It matters that you just don’t give up.» (Stephen Hawking)
(Recuerda mirar a las estrellas y no a tus pies. Trata de dar sentido a lo que ves e impresionarte con lo que hace que el universo exista. Ten curiosidad, y, sin importar lo difícil que parezca la vida, siempre habrá algo que puedas hacer y en lo que puedas triunfar. Lo importante es que no te dejes vencer.)