Las macroalgas del género Sargassum C. Agardh forman grandes mantos en aguas tropicales y subtropicales alrededor del mundo. Crecen en playas con sustrato rocoso y piedras. Este fenómeno sucede en costas como Cancún, Puerto Morelos, Tulum, Mahahual; y en países como Barbados, Cuba, Belice, Jamaica y República Dominicana.
Se piensa que la mayoría del sargazo proviene del Mar de Sargazo, ubicado en el Océano Atlántico y relacionado con el Triángulo de las Bermudas. Si encuentra las condiciones favorables, el sargazo crecerá de forma rápida; puede duplicar su peso en menos de 18 días. Además, forma una gran masa café que cambia la tonalidad del mar.
Su presencia puede durar semanas o meses; no tiene una temporalidad fija. Este año, en playas mexicanas se ha registrado un excesivo arribo de sargazo. La Secretaría del Medio Ambiente de Quintana Roo confirmó que, del 19 de junio hasta el 21 de agosto, se han recolectado 134 mil 592 metro cúbicos de sargazo.
Investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, de la Unidad Académica Sistemas Arrecifales Puerto Morelos, advirtieron que, desde 2015 a la fecha, la presencia de sargazo en playas mexicanas se ha duplicado. De acuerdo con los especialistas, esto provoca estragos para la vida socio-económica y se convierte en un desastre ecológico.
Calentamiento global, el culpable
Algunos especialistas piensan que los cambios del clima y la contaminación pueden ser los causantes de las altas cantidades de sargazo.
Una de las hipótesis es que existe un cambio de corrientes que ha hecho que estas algas se desplacen mucho más; en otras palabras, las corrientes marinas, dependientes de la circulación de la tierra, cambian su curso debido al sobrecalentamiento de los suelos.
Otra hipótesis, no muy alejada de la primera, los huracanes, cada vez más fuertes por el cambio del clima, provocan inestabilidad en el ecosistema; el resultado: mayor producción de algas.
Hay quienes sugieren que la deforestación del Amazonas está causando la llegada de más materia orgánica al mar; con ello, se promueve el desprendimiento de la zona de sargazo.
El problema del aumento de sargazo es que sobrepasa la capacidad de respuesta de los municipios. Y, aunque no se han realizado investigaciones, algunos especialistas sugieren que podría tener afectaciones para la salud de las personas.
Otras posibilidades
En 2017, la Universidad Autónoma de Baja California comenzó un proyecto para someter al alga a un secado deshidratante, separar los metales de sus nutrientes y elaborar el fertilizante. Otros usos que han registrado es la rápida recuperación de las personas con quemaduras graves al ser usado como venda. También sirve para hacer compostaje, aunque faltan más investigaciones en el tema.
Por otro lado, Candelaria Isabel Pérez, del Centro de Investigación Científica de Yucatán, se ha dedicado a investigar el potencial del sargazo como sustrato en cultivos hidropónicos y como abono para plantas. Ella evaluó materiales orgánicos con la finalidad de potencializar su uso en el cultivo.
Tras la llegada del sargazo a Yucatán este año, también se han reunido grupos de jóvenes que apuntan la posibilidad de elaborar alimento para la ganadería y abono para la agricultura; asimismo, sugieren que tiene el potencial para crear cremas, protectores solares, tratamientos capilares y otros cosméticos.
Otras empresas, como Salgax, creada por Guadalupe Catzín, Mauricio Gómez y Regina Rodríguez, utilizan la biotecnología marina aplicada para crear productos naturales hechos a base de sargazo. De acuerdo con estos emprendedores, el sargazo tiene una cantidad considerable de ácido algínico, que es el responsable de dar textura a productos como la crema batida o el chatilli.
Por supuesto, las autoridades de los gobiernos locales han declarado que trabajan en el fomento al uso del sargazo en diferentes áreas como parte de las acciones para hacer frente a este fenómeno.