México

En Puebla, crean fármaco económico y accesible para combatir al virus de influenza

En el 2009, exactamente un 29 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta de pandemia del virus de influenza AH1N1. Gobiernos de diferentes países tomaron acciones para hacerle frente a esta situación.

En la actualidad, a 9 años de lo ocurrido, la OMS, a través de los ministerios de salud de sus países miembros, ha reportado disminución de influenza en algunas regiones del mundo. 

En América del Norte, la actividad de influenza se encontró en niveles bajos. Dentro del Caribe, aumentó ligeramente; pero los casos de infección respiratoria aguda grave (IRAG) disminuyeron. En la parte sur del continente americano, la actividad general de influenza se mantuvo estable; mientras que en Brasil, bajó. 

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (PAHO, por sus siglas en inglés), de manera global, la influenza disminuyó en el hemisferio sur (Sudamérica y sur de África); en Oceanía, los niveles permanecieron bajos. En Asia, se reportaron más detecciones de influenza.

Desde la noticia de la pandemia, las autoridades sanitarias y gobiernos han trabajado con planes de contingencia para evitar daños por este virus. Una de las acciones más importantes ha sido la creación de alianzas con universidades y centros de investigaciones de diferentes disciplinas para proponer alternativas ante este fenómeno. 

Una de las instituciones que trabaja para la alianza institucional de enfermedades emergentes es la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Gracias a sus científicos, se han logrado avances importantes para hacer frente a la influenza. El más reciente está a cargo del doctor Thomas R. F. Scior, académico de la Facultad de Ciencias Químicas y especialista en farmacia. 

Un nuevo antiviral contra la influenza

De acuerdo con el Dr. Scior, el virus de la influenza tiene una estructura simple al compararse con una célula.

Mientras la célula tiene 100 mil proteínas diferentes, el virus sólo tiene 10.

Esta característica motivo al investigador para encontrar una debilidad en el virus y poder atacarlo a través de un fármaco. 

El primer paso fue conocer los mecanismos de acción de los antivirales existentes y las opciones para atacar un blanco molecular. Posteriormente, se realizaron simulaciones moleculares computacionales para detectar la debilidad biomolecular del virus y definir un nuevo antiviral.

El científico buscó entre 30 millones de sustancias químicas, así como características en las moléculas que fueran potenciales antivirales.

El doctor Thomas afirmó —a la Agencia informativa Conacyt— que se encontró con un sinfín de problemas técnicos hasta que lograron quedarse con un banco de tres millones de sustancias para realizar una síntesis de candidatos; los cuales pasarían a pruebas biológicas. De todo este procedimiento resultaron tres moléculas diferentes entre sí con las que se crearon tres fórmulas. 

De acuerdo con el Dr. Thomas, tienen dos patentes hasta ahora; mas cuentan con tres fármacos. En comparación con los antivirales del mercado, asegura, su ventaja es que la síntesis es más rápida y económica; además, los procedimientos son simples, inocuos y eficientes. Estos atributos, los hacen una opción viable; en especial para casos de epidemia, donde los tiempos  la producción de medicamentos, surtido y abastecimiento suelen ser lentos y largos. 

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