Tres mil ochocientos sesenta y nueve son los exoplanetas confirmados hasta ahora. Entre ellos se encuentran los «hot Neptunes» (Neptunos calientes). Son llamados así por raros; pues su masa y núcleo, sugieren los científicos, se asemejarían al núcleo y envoltura de Urano y Neptuno.
En otras palabras, son planetas gigantes, pero mucho más cercanos a su estrella anfitriona en comparación con la distancia que hay entre nuestro Sol y la Tierra; como consecuencia, son más calientes —su temperatura es de aproximadamente 927°C—.
De acuerdo con los datos de los astrónomos, estos exoplanetas tienen mayores oportunidades de transitar su estrella desde un punto más lejano; gracias a eso, han podido ser descubiertos.
Uno de esos recientes hallazgos es el planeta Gliese 3470b (GJ 3470b); el cual llama la atención porque está perdiendo su atmósfera a un ritmo nunca antes visto por los investigadores.
Los astrónomos tienen la hipótesis de que, precisamente por la rapidez del desvanecimiento, es poco probable encontrar hot neptunes. Otra idea sugiere que sufren metamorfosis.
GJ 3470b es mucho más caliente y pierde su atmósfera a una velocidad cien veces mayor, según las observaciones y los datos recabados con el Telescopio Hubble, el cual muestra una nube de hidrógeno alrededor del planeta.
Los astrónomos estiman que podría terminar como una «súper Tierra»; pues en pocos miles de millones de años la mitad del GJ 3470b habrá desaparecido.
Otras características que cabe destacar del GJ 3470b es que orbita alrededor de una estrella enana roja de sólo 2 mil millones de años. Además, es mucho más caliente y turbulento, lo cual significa que su radiación es abrasadora. Su control gravitacional es menos fuerte, porque su masa es menos densa.
Los resultados de estas observaciones fueron publicados en la revista Astronomy & Astrophysics.
Los científicos trabajarán para ampliar su investigación con la ayuda del Telescopio espacial James Webb, que será lanzado en 2021.