Investigadores del Weizmann Institute of Science dieron a conocer los resultados de un estudio para entender la forma en que el sistema inmune elimina las células senescentes viejas que causan problemas en el cuerpo.
De acuerdo con estos especialistas, las células senescentes no están completamente muertas; sin embargo, sufren pérdida de sus funciones y daño irreparable, esto las ha relacionado con enfermedades del envejecimiento y a la inflamación del organismo.
Los científicos utilizaron ratones a los cuales les faltaba un gen importante en esa actividad inmune. A los dos años (edad en que los ratones se vuelven viejos), los cuerpos de los roedores tenían más células senescentes en comparación con los ratones donde el gen estaba intacto.
Los animales sin el gen sufrían de inflamación crónica y algunas funciones de su cuerpo parecían fallar. Además, lucían más viejos y murieron antes.
Dentro de ese periodo, a algunos de los ratones, se les administró un medicamento para inhibir la función de ciertas proteínas que ayudan a las células a sobrevivir durante la etapa secescente.
Esos medicamentos fueron resultado de las observaciones y reconocimiento de disfunciones en el sistema inmunológico y de errores genéticos.
Los ratones tratados tuvieron una buena respuesta. Según los análisis de sangre y de actividad, hubo mejoría y sus tejidos se asemejaron a los de ratones jóvenes.
Asimismo, contaron las células senescentes y encontraron que había menor cantidad; lo anterior se tradujo en ratones más activos y con aumento es su esperanza de vida.
El siguiente paso es la exploración de nuevas formas de activar el sistema inmunológico para eliminar las viejas células senescentes del cuerpo.
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