Ciencias de la salud

Depresión sonriente, un padecimiento común, peligroso y del cual nadie habla

La depresión es un padecimiento caracterizado por tristeza, pérdida de interés, sentimientos de culpa, falta de autoestima, trastornos del sueño o apetito, y falta de concentración.

Puede ser crónica y recurrente; sin embargo, no todas las personas la experimentan de la misma manera.

En algunos individuos se manifiesta con el manejo de sus actividades en actitud sonriente y funcional; pero internamiente hay sensación de ánimo bajo y tristeza.

A dicho trastorno se le ha denominado «depresión sonriente».

De acuerdo con los especialistas, quienes experimentan cambios de emociones y pérdida de interés en actividades anteriormente placenteras, pero lo ocultan, están más vulnerables al suicidio.

Lo anterior sucede porque, a diferencia de otras formas de depresión, en las cuales los individuos sí piensan en sucidio, pero no tienen energías para cometerlo; en la depresión sonriente las personas son más propensas a ir a la acción.

Ahora bien, la razón por la cual las personas con depresión tienden a esconderla es el pensamiento de que no hay un motivo real para sentirse mal o tristes. No obstante, por dentro tienen emociones de desesperanza.

Determinar las causas de la depresión sonriente es difícil aún. A pesar de ello, identificar los estados de ánimo decaído es el primer paso.

Otros síntomas son la sobrerreacción, sensación de pesadez en brazos y piernas, y la facilidad de sentirse heridos por críticas o rechazo.

Las personas con depresión sonriente suelen sentirse más deprimidos por la tarde noche y con la necesidad de dormir más de lo usual. En otros tipo de depresión, sucede lo opuesto: las personas se sienten peor por las mañanas y duermen menos.

Se piensa que este tipo de depresión es más común en personas con ciertas características como: anticipadores de fracaso; sujetos que pasaron por momentos de vergüenza o situaciones de humillación; y quienes piensan en situaciones negativas de manera excesiva.

Se estima que una de cada diez personas está deprimida. Entre el 15% y el 40% padecen la forma atípica.

Aun cuando es un trastorno persistente y capaz de prolongarse mucho, las personas que viven con él no suelen tratarse porque piensan que no tienen un conflicto; además, tratan de racionalizar la idea de que no tienen argumentos para estar tristes. Como consecuencia, no cuentan sus sentimientos y se sienten avergonzados por ellos.

Para romper este ciclo, el primer paso es saber que el padecimiento existe y que es necesario dejar de racionalizar los problemas para darles la seriedad que de verdad merecen y comenzar el cambio.

Asimismo, la actividad física y la meditación han demostrado tener beneficios para la salud mental y en el alivio de la depresión.

La terapia cognitiva conductal; o sea, aprender a cambiar patrones de pensamiento y comportamiento, es otra opción.

El objetivo es sentir que nuestras vidas son importantes, que tienen propósito y significado. Eso cambiaría significativamente la salud mental y el bienestar.

Con información de The conversation y Psychology today.

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