El ácido desoxirribonucleico, mejor conocido como ADN, es la molécula que codifica la información genética.
Se trata de una doble cadena enrollada que se mantiene unida por puentes de hidrógenos entre pares de bases de nucleótidos.
Friederich Miescher, un médico suizo que realizaba una investigación sobre glóbulos blancos a partir del pus de vendas quirúrgicas, aisló, sin querer, al ADN.
Notó que esa sustancia era rica en fosfatos, sin azufre y no era ni lípido ni proteína; por lo que decidió llamarla nucleína, aunque, dada la naturaleza ácida que presentaba, terminó por denominarla como ácido nucleico.
A pesar del trabajo de Miescher, James Watson y Francis Crick son a quienes se relaciona con el hallazgo del ADN; porque, gracias a sus observaciones con rayos X, propusieron el modelo de doble hélice en un artículo publicado en la revista Nature un 25 de abril 1953.
En 1962, recibieron el Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre la estructura molecular de los ácidos nucleicos y su importancia para la transferencia de información en la materia viva.
La estructura descubierta fue calificada como la portadora del programa genético de todo organismo vivo, pues es el componente principal de los cromosomas. Además, gracias al ADN se han logrado avances y aplicaciones como:
- Almacenamiento y comparación de perfiles genéticos en escenas de crímenes; esto ayuda a identificar a los involucrados y a resolver casos.
- Comprobación de lazos genéticos familiares.
- Creación de cultivos más resistentes a enfermedades y con mayor productividad.
- Pruebas de ADN a objetos y nuevas especies del espacio exterior para descubrir si tienen relación con las formas de vida que ya conocemos.
- Detección de enfermedades genéticas prenatales antes del nacimiento.
- Ofrece información sobre la evolución del planeta; así como del origen de nuestros ancestros y cuánta información compartimos entre las diferentes etnias del mundo.
- Ayuda a revelar si una persona es propensa a padecer ciertas enfermedades como el cáncer.
Por esos motivos, y por la forma en que el ADN ha revolucionado la medicina y la investigación, es que cada año se le reconoce como una de las estructuras fundamentales para el entendimiento de la vida en nuestro planeta.
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