Atlas de partículas elementales Columnas

Atlas de partículas elementales (un breve discurso sobre su existencia)

La divulgación nos invita a otra ficción, una que existe desde la complicidad de mostrarnos el interior de la ciencia, no se malentienda, la divulgación es precisa en datos, tiempos, evidencias y construcción de la cultura científica, pero se toma licencias que no encontraríamos en un artículo científico, es decir, usa la oportunidad de narrar sin cerrarse a un lenguaje especializado, es más, apunta al lenguaje más universal: la poesía.

¿Por qué decir que hay poesía en la divulgación?, más allá de un listado de evidencias -que estará a modo de columna durante las siguientes publicaciones- este género necesita de la poesía porque apuesta por el lenguaje común, a la cotidianidad de explicar mundos que no son visitados por un público amplio.

Hay poesía porque se necesita ofrecer sensaciones e imágenes que en los artículos de ciencia no son accesibles a la ciudadanía, necesita poesía para evidenciar un entorno nuevo a alguien que estará de visita durante una lectura o varias, si el apetito es feroz. Se necesita esa esencia para crear una geografía en la cual navegar ideas y los escenarios de esas ideas. La poesía permite que emerjan mapas de sensaciones para entender qué impulsa el hacer, escribir o pensar desde la ciencia.

Como Irene Solà escribió en su libro Canto yo y la montaña baila: “La poesía también es juego. El poeta tiene que ser juguetón. La poesía es un asunto serio, de los más serios que hay. Más serio que la muerte, que la vida y que todo. Un asunto profundo y vital. Y por eso mismo tiene que saber jugar y tiene que saber reír y tiene que saber ironizar”.

La divulgación de ciencia aporta narrativas para atrevernos a andar diferentes mapas, nos muestra la cartografía de cada ciencia para entender inicios y sumas de ideas, nos indica los abismos y las nuevas islas con la complicidad de que hagamos relaciones con otros mapas científicos, de que andemos su territorio en confianza de la comprensión.

En este Atlas de partículas elementales sumaré apuntes de mis lecturas, este ejercicio personal se desarrolla en paralelo al círculo de lectura Anaquel Hipatia en el que las lecturas son conjuntas cada mes desde Acción y Reacción, y siempre que así se lo permita la lectora o el lector, la conversación será expandida.

Gracias Lucy porque en tu encuentro con Ácaro azul y tu impulso creador de nuevas plataformas sacaste un apéndice a mi afición favorita: leer y hablar de libros.

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