Las tormentas solares son eventos naturales que no pueden producirse, pero suceden con frecuencia cuando nuestro Sol presenta mayor número de manchas en su superficie.
De acuerdo con Luis Xavier González Méndez, miembro del Servicio de Clima Espacial México (SCiESMEX) y del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, las tormentas solares son muy energéticas, ocurren cuando en la superficie del Sol suceden explosiones a gran escala que liberan grandes cantidades de masa y energía al medio interplanetario.
Nuestra estrella tiene un ciclo promedio de actividad de 11 años, por lo que aumenta la probabilidad de que ocurra una tormenta de gran intensidad entre los años 2023 y 2024.
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¿Por qué es importante conocer esta información? La actividad solar produce perturbaciones en el medio interplanetario que pueden interaccionar con el campo magnético de la Tierra e inducir variaciones denominadas tormentas geomagnéticas.
Las tormentas solares expulsan un gas incandescente con velocidades que pueden rebasar los dos mil kilómetros por segundo y llegar a la Tierra en un día.
Cuando el material impacta nuestro planeta se producen fenómenos naturales como las auroras boreales y las auroras australes en los polos Norte y Sur; así como fenómenos que afectan a nuestra tecnología, sistemas de telecomunicaciones, transformadores, líneas de alta tensión, gasoductos, satélites y control de naves espaciales.
Las mayores afectaciones ocurren en las telecomunicaciones, en todas las frecuencias, y en los satélites, porque no tienen el campo magnético y la atmósfera que los cubra.
De igual manera, se ven impactados sistemas como los GPS. Además, las corrientes que se forman en la ionósfera pueden evitar la transmisión correcta de las señales, lo que implica que éstas ya no salgan porque rebotan; con ello se impide la llegada de información, como mensajes, explicó.
Cabe destacar que el investigador reconoció que, aunque no se pueden predecir este tipo de tormentas, sí existe una ventana de ocho minutos para que las emisiones de rayos X lleguen a la Tierra y se conozca la intensidad de la explosión. Así, se tienen tienen algunas horas y se pueden tomar precauciones como apagar los equipos y evitar perjuicios. Es por lo anterior que el SCiESMEX monitorea de manera permanente la actividad y emisiones del Sol.