Los científicos aseguran que estudiar los restos humanos del pleistocenio tardío en Alaska son de suma importancia para entender el origen de las civilizaciones en Estados Unidos. A pesar de que existen pruebas de que los primeros nativos estadounidenses llegaron a través de Beringia, una especie de puente natural que conectaba Asia con en noroeste de Estados Unidos; la realidad es que aún queda mucho por resolver.
En días recientes, se dio a conocer el descubrimientos de los restos de una niña que cambia un poco la historia que hasta ahora se había escrito sobre el origen de los nativos americanos.
Se trata de Xach’itee’aanenh T’eede Gaay —niña del amanecer—, una pequeña de sólo seis semanas que vivió hace unos 11,500 años en Alaska. A pesar del corto tiempo de vida, ha dado a los científicos una nueva perspectiva sobre la población mundial gracias a su ADN.
De acuerdo con los investigadores participantes, esta niña formaba parte de una población distinta a las dos que ya se conocían. Según el estudio, ningún otro perfil genético coincide con el genoma de la niña encontrada.
Sospechas de una migración masiva
Por medio de análisis genéticos y demográficos, los científicos concluyeron que un sólo grupo de ancestros americanos fundadores se separo de los asiáticos, hace 35 mil años. Sospechan que esas personas se movieron en una sola migración hacia América del Norte, hasta que, 15 mil años después, se divieron en dos grupos.
Uno de esos grupos fue el de los beringianos; el otro, aquel que se considera con el origen de los estadounidenses. Aunque los investigadores señalan la posibilidad de que esto hubiera ocurrido antes de que cruzaran de una región a otra; es decir, que se haya tratado de una ola de migración que remplazó o absorbió a los primeros beringianos.
Referencia: Terminal Pleistocene Alaskan genome reveals first founding population of Native Americans. DOI: doi:10.1038/nature25173