“El arte y la naturaleza siempre estarán luchando hasta que finalmente se conquisten uno al otro para que la victoria sea el mismo trazo y línea.”
Maria Sibylla Merian
Una oruga cruza las hojas de un rosal mientras come todo lo verde que encuentra a su paso, sobre el tallo de esta planta reposa un capullo, ambas imágenes pertenecen al ciclo de las mariposas que bordean la composición pictórica. El dinamismo de la ilustración fue el sello característico del trabajo de Maria Sibylla Merian. En muchas de sus pinturas las mariposas abren el vuelo sobre su alimento, flores y frutas acompañan la narrativa y así las especies ilustradas no se perciben bajo un alfiler, por lo contrario: las vemos vivas. Ese dinamismo nació luego de que esta científica y artista europea visitara América del Sur.
La narrativa de Sibylla fue tan particular que algunos dudaron de la verdad de sus observaciones. La belleza de sus trazos eclipsó la ciencia de la naturalista cuya obra inspiró a Friedrich Händel a componer en su honor el Concerto Grosso Op. 3, no. 2, Maria Sibylla Merian (1).

Maria Sibylla nació en Frankfurt, Alemania, en 1647. Su padre fue un grabador y editor suizo conocido por vender libros ilustrados con grabados propios; tras la muerte de su padre, la madre se vuelve a casar con un pintor. Ambas figuras paternas reconocieron en Maria Sibylla Merian sus habilidades artísticas y le dieron conocimientos sobre el uso de los pinceles pese a que ese oficio no era habitual en las mujeres de su época.

A muy temprana edad se le considera a Sibylla Merian como la pionera de la entomología moderna por haber observado y descrito la metamorfosis de los insectos, proceso que antes de ella se explicaba mediante la generación espontánea.
La curiosidad de Sibylla Merian venía con una increíble capacidad de observación, su particularidad era ver a la naturaleza como un todo. Al vigilar a la fauna en vida fue testigo de comportamientos y cambios que a otros naturalistas pasaron desapercibidos. El que su mirada no fuese fragmentada le permitió dejar una huella única en sus obras: la composición ecológica.
Metamorfosis
Maria Sibylla primero se dedicó a pintar arreglos florales que tenían usos más decorativos que científicos y publicó en 1880 su Neues Blumen Buch, un catálogo de flores de jardín pintadas a mano que servían como modelos para bordados. Después, instaló un taller para enseñar a pintar exclusivamente a mujeres, haciéndose además un espacio para enfocarse en uno de sus mayores intereses: gusanos de seda, polillas y mariposas.
En 1679 termina de pintar Der Raupen wunderbare Verwandlung und sonderbare Blumennahrung (La maravillosa transformación de las orugas y la extraña comida floral), en este libro describió los ciclos de vida de las polillas y las mariposas.
Antes de sus observaciones, la reproducción de estos insectos se adjudicaba a la generación espontánea, una teoría descrita por Aristóteles que suponía que la vida se originaba mediante la “entelequia”, una fuerza sobrenatural capaz de dar vida a lo que no tenía; durante siglos se creyó que los gusanos, insectos e incluso ratones podían salir del barro y el estiércol.
La misma explicación que suponía que las ranas nacen de los charcos y las moscas de la nieve vieja fue adoptada por René Descartes, Francis Bacon e Isaac Newton.
Pero con sus observaciones escritas e ilustradas, Sibylla Merian fue de las primeras en señalar la existencia de cuatro etapas del cambio de forma de las mariposas y polillas conocido como metamorfosis: huevo, larva (oruga), pupa (crisálida) y adulto.
Todo inicia con una mariposa hembra que pone huevos en la cara interior de las hojas o en los tallos de las plantas. Los huevos son de diferentes texturas y colores dependiendo de la especie. Los embriones dentro de los huevos crecen y luego eclosionan abandonando estas estructuras. Una hembra puede poner entre cientos y miles de huevos juntos o dispersos. Las orugas tardan semanas o incluso estaciones completas en surgir de los huevos.

Después, las orugas o larvas abandonan los huevos y descubren el mundo vegetal del cual se alimentarán. En biología se denomina larvas a los estados inmaduros de cualquier invertebrado, durante esta etapa la oruga cambia de piel según su crecimiento lo demande.
Las mariposas permanecen como orugas entre dos y cinco semanas; cuando la larva madura se cuelga sobre alguna rama y su última muda de piel se transforma en una crisálida, desde la cual la oruga hará su metamorfosis durante 10 o 14 días hasta convertirse en mariposa, forma desde la que comerá néctar de flores o jugo de frutas.
Maria Sibylla Merian se casó a sus 18 años y luego de tener dos hijas dejó ese matrimonio, tras lo cual se fue de Alemania. La profesora de historia del arte Katherine Manthorne refiere que: “En 1685 abandonó a su esposo y a su congregación luterana y viajó a Holanda para unirse a los labadistas, una secta religiosa contemplativa que predicaba la propiedad comunal y la crianza conjunta de los niños” (2).
La naturalista instaló un nuevo taller, mismos que le dio ingresos para ella y sus hijas. Luego vino la aventura a América del sur.
Una naturalista en América del Sur
En 1699, más de un siglo antes de que Charles Darwin atravesara el océano Atlántico, Sibylla y su hija realizaron una expedición a Surinam, antigua Guayana Holandesa, hoy país vecino de Venezuela y Brasil. Actualmente es el único territorio de América cuyo idioma oficial es el neerlandés, dado que perteneció a las antiguas Indias Occidentales Neerlandesas.

Al momento de su expedición existían relatos que alertaban a las mujeres europeas sobre los peligros sexuales y otras inclemencias que podrían dificultar su estadía en el nuevo continente, una de ellas era sobre la menstruación, pues señalaban que el calor podía llevar a hemorragias durante el periodo. Esos relatos de corte sexista no detuvieron a Sibylla, de hecho, viajó acompañada por una de sus hijas, Dorothea, quien también estaba implicada en la ilustración de la naturaleza, trabajo que hacía con gran talento.
Durante dos años ambas recolectaron insectos y plantas de la región, la intención era pasar más tiempo en América, pero Sibylla Merian enfermó de malaria y tuvieron que volver. Los bocetos de la biodiversidad de Surinam y las muestras recolectadas se volcaron en el libro “Metamorfosis de los insectos de Surinam” (3), que fue reconocido como su principal obra al ser publicada en holandes y latín, en especial el segundo idioma hizo que tomara relevancia en el gremio científico.
En una biografía sobre Merian, la microbiología, bioquímica y biotecnología, Lauren Sara Mckee señala que en Surinam la naturalista “se sintió frustrada por la total falta de curiosidad natural de los colonos y su falta de voluntad para ayudarla(4). Así que pidió ayuda a los africanos esclavizados y a los pueblos indígenas que trabajaban en las plantaciones holandesas”
También destaca que aunque Sibylla lamentaba el trato que recibían los esclavos en las plantaciones ella no era abolicionista, por lo que pasó su estancia en Surinam con esclavos y “permaneció en el territorio de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, que se había enriquecido gracias al comercio”.
Ante este panorama es difícil comprender que tanto se le puede denominar ayuda al trabajo brindado por esclavos para sus labores, pero destaca que su acompañamiento fue clave en lo que Sibylla y Dorothea alcanzarían a ver en sus tierras; por ejemplo, las indígenas esclavizadas les mostraron que usaban semillas para abortar y no traer hijos a padecer la vida que ellas tenían.
“Los indios, a quienes sus amos holandeses maltratan, usan las semillas para abortar a sus hijos, para que no terminen convirtiéndose en esclavos como ellos. Los esclavos negros de Guinea y Angola han exigido que los traten bien, amenazando con negarse a tener hijos. De hecho, a veces deciden terminar con sus propias vidas debido a los tan malos tratos, y porque creen que renacerán libres en su propia tierra. Ellos mismos me lo dijeron”.
indicaría la naturalista.

Su libro más conocido repara en otro elemento de la naturaleza: la fruta(5). Un ensayo escrito por Hannah Blumenthal, y publicado por la Universidad de California en su revista Gastronomica (dedicada a estudios de la comida), refiere que los componentes de la fruta revelan el deseo europeo de adoptar alimentos extranjeros y el gusto holandés por el exotismo de sus colonias y que tener esta fruta en sus mesas europeas representaba el estatus de poder costearla. Por su parte, Merian consideró a la piña como «la más noble de todas las frutas comestibles».
Dibujando la memoria y 300 años de olvido
Sibylla Merian falleció en 1717, pero su nombre quedó plasmado en la aún no aún no fundada entomología moderna, pues descubrió nueve especies de mariposas, dos escarabajos y seis plantas, incluida una araña devoradora de pájaros: Avicularia merianae.

Además de los libros antes mencionados, su trabajo quedó plasmado en documentos como Der Raupen wunderbare Verwandlung, und sonderbare Blumennahrung (6) (Maravillosa transformación de las orugas y extraño alimento de flores) del cual hubo dos tomos.
El trabajo de Sibylla Merian fue destacado en la primera clasificación sistemática de especies (Systema Naturae de Linnaeus). También fue reconocida por Goethe y por el abuelo de Charles Darwin (Erasmus Darwin) quien la citó en su obra.

Luego su trabajo fue omitido de los estudios biológicos y aunque su producción era basta no generó dinero para su familia. Después de su muerte hicieron ajustes a sus ilustraciones y se perdió la precisión de sus observaciones, pues se incorporaron insectos imaginarios y se colorearon algunas placas resaltando la parte estética, pero dejando de lado sus apuntes científicos.
Luego el naturalista Lansdown Guilding se encargó de ridiculizar su obra, señalando de forma cruel que en esta había inexactitudes descuidadas que “todo niño entomólogo podía detectar”, y aunque su crítica fue a las versiones modificadas de los libros de Sibylla, de fondo hubo sexismo en sus expresiones, además, el naturalista sentía rechazo por las colaboraciones con pueblos indígenas “a quienes consideraba innatamente poco fiables”.
Fue hasta 1993, cuando Sharon Valiat escribió sobre la obra de Maria Sibylla Merian, que el reconocimiento a la pionera entomóloga regresó y se recuperaron ilustraciones originales que hoy se exhiben en museos de arte y ciencia en todo el mundo.
Fuentes:
- https://www.youtube.com/watch?v=sCfOQF0nAXo
- https://www.coleccioncisneros.org/es/editorial/cite-site-sights/mirada-femenina-sobre-américa-del-sur-maria-sibylla-merian-en-surinam#_ednref3
- https://gdz.sub.uni-goettingen.de/id/PPN477653782?tify=%7B%22pages%22:[31],%22view%22:%22info%22
- https://massivesci.com/articles/maria-sibylla-merian-painter-naturalist-suriname-metamorphosis-science-hero/?utm_campaign=meetedgar&utm_medium=social&utm_source=meetedgar.com
- Hannah Blumenthal, “A Taste for Exotica: Maria Sibylla Merian’s Metamorphosis insectorum Surinamensium,” Gastronomica v. 6, no. 4 (Otoño, 2006): 44–52
- http://digital.bib-bvb.de/view/bvbmets/viewer.0.6.4.jsp?folder_id=0&dvs=1622726108645~213&pid=8236772&locale=es&usePid1=true&usePid2=true